31 de mayo de 2010

Project 1: "A Tumor in our Society"

En algún momento de un futuro no muy lejano, existe un mundo desolado por el cáncer. Esta es la historia de la persona que salvó a este mundo del cual desde Seis mil millones de habitantes pasó a ser de Quinientas mil personas

- Sí, odio los lunes

Buenos días, soy Firo y los saludo desde la Tierra, o al menos, lo que conocíamos como Tierra, desde aquél día memorable para muchos pero no para mí porque aún no había nacido. En fin, el hecho es que el cáncer comenzó a expandirse de manera exagerada por el mundo gracias a la “cura milagrosa” que patentaron los científicos, la explicación un poco más básica sería que sacaron una “cura del cáncer” la cual le fue inyectada a muchas personas, esa cura hacía que el cáncer fuera más fuerte y más contagioso, digamos que esas personas sentían el alivio de una supuesta curación y pues, las mujeres con cáncer tenían hijos, sus hijos o nacían con cáncer o simplemente morían al instante de nacer, de esos niños, uno fui yo, se podría decir que fui único en mi especie, ya que soy el único sin cáncer en todo el mundo. Aún recuerdo los primeros días de primaria cuando mi madre me defendía de los militares que me querían llevar para crear la cura definitiva, pero no fue sino hasta mediados de mis estudios secundarios cuando me secuestraron y tomaron mis genes para este fin, pero lo extraño, es que la vacuna no ha sido mostrada al público y mucho menos se ha puesto a la venta. Yo sé que hay algo escondido tras esto. Y estoy dispuesto a encontrar esa cura. Y la encontraré.

Capítulo I

Hay algo más allá de lo que dicen los políticos

Lunes, se ve que será un día aburrido y triste, porque hoy murió mi padre de cáncer y mi madre se debate entre la vida y la muerte en la quimioterapia y por supuesto, alguien tiene que hacer el trabajo para pagar esto. Me siento decepcionado por el hecho de que ella y varios de mis parientes hayan muerto o estén muriendo por culpa del egoísmo de nuestros gobernantes y gobernadores. Sales a la calle y ves como la gente llora en silencio porque es como estar preso y con fecha de muerte ya pautada. Es verdaderamente triste ver como gente se suicida. Necesario es encontrar esa cura.

Llego a mi trabajo, cada vez me doy cuenta de que hay menos gente en este lugar. En Venezuela había alrededor de Veinticinco millones de personas en 2010, pero el día de hoy: Lunes, 21 de marzo del 2053, 20 años después de la “Gran Tragedia”, nada más hay 29657 personas en total y ni hablar en otros países. De hecho del único lugar que se tuvo noticias de gente sin cáncer es en África, donde la cura nunca pudo ser inyectada. Lástima, experimento fallidos acabaron con la vida de aquellas pobres personas, pero me estoy desvirtuando de la historia, cuando llego al trabajo, veo a mi mejor amiga llorando. Valeria, nacimos juntos, sus padres murieron durante la extraña peste de cáncer en el mundo. Quedó a la deriva, pero pudo recuperarse en poco tiempo. Es raro ver una rosa floreciendo en un campo de espigas secas. Le pregunto qué le pasa y me responde:

-Me han diagnosticado cáncer fulminante en el cerebro…

Fue como un flechazo a mi brazo, me dolió tanto como el día que mi padre murió. Fue duro, cada vez que me entero de un nuevo caso (donde cada vez aparecen más raros) me doy cuenta de que no será en un futuro muy lejano que seré el único hombre en este desolado mundo, si la tristeza y las ganas de suicidio no me alcanzan primero. Las epidemias más graves del mundo, la AH1N1, la H5N1 o la malaria y hasta la Peste Negra, fueron superadas gracias a los científicos y médicos de cada época, pero esto, aún pudiéndose superar, no terminan de inventar una cura que sirva, solo sé, que los presidentes y las personas importantes tienen cáncer, pero yo sé que hay algo raro escondido en esto.

-¿Cómo es posible?, ¿Cuándo lo hicieron?

- Me lo dijeron ayer, en mi examen mensual.

-¿Y cómo reaccionó tu novio?

- Él… también tiene. No reaccionó de ninguna forma, sólo se paró, salió y…

-¿Y?

- Dejó su anillo de compromiso…

-¿Qué? ¿Ya no se casará contigo?

- Parece que eso fue lo que quiso decir al dejar el anillo sobre el escritorio del doctor

-¿Y adonde fue?

- No sé, pero no lo he visto más, la última vez que hablé con él dijo que nos viéramos en el restaurant de nuestra primera cita

-¿Ok, quieres que te lleve?

-No, gracias, estaré bien

La dejaron ir, me avisaron que me fuera para mi casa, al parecer al jefe también le diagnosticaron cáncer. ¿Saben algo? Escuchar que a alguien le diagnosticaron cáncer es como escuchar que a ese alguien le dio gripe, pero no lo es tanto cuando se lo diagnostican a alguien de tu familia. Es un golpe muy duro, tal vez sea hora de irme a casa a dormir.

Capítulo I (Versión II)

La venganza es un plato que se sirve mejor frío

Hola, mi nombre es Brandon Alset y soy uno de los millones de enfermos terminales, pero no es eso lo que me hace especial, sino que soy un dirigente de un grupo terrorista que busca “castigar” a los causantes de todo esto, así sea necesario que ellos paguen con su muerte y la de su familia. La mayoría de las personas me ven como un monstruo, un desalmado, un psicópata, pero ellos no entienden que si lo vieran de la forma como yo lo veo, se darían cuenta de que sólo soy un héroe vengador por la cantidad de muertes que ellos causaron, causan y causarán. Pero la pregunta que muchos hacen es por qué razón comenzó esta abominable masacre. Todo empezó un 5 de junio de 2036, en el hospital Último Suspiro por la zona de Berlín, en Alemania (La nueva, por supuesto).

Alemania, 5/05/2036 17:45, Hospital Último Suspiro

El hospital Último Suspiro, un lugar muy bonito, con sus paredes bien pintadas y muy mantenida a pesar del destructor paso del tiempo, ojalá aquí puedan decirme que es ese pequeño bulto que tengo en el costado.

Mientras espero mi turno para entrar al consultorio, veo que de ese consultorio entran personas con sonrisas y salen con cara de total tristeza y frustración. Apenas entro, me doy cuenta de que el doctor tampoco ha tenido un buen día. Con calma me lleva a la sala de rayos X, toman mis radiografías y luego me lleva de regreso a su consultorio, con mirada de desaprobación y remordimiento me dice: “Usted ha sido contagiado de cáncer terminal en el pulmón”.

Nada había podido hacerme llorar, ni siquiera los duros golpes de mis padres, ni siquiera la muerte de mi perro, ni siquiera una pierna rota, nada, absolutamente nada, hasta este fatídico momento. Después de eso, intenté suicidarme muchas veces, me tomé una bolsa de veneno para ratones, cuando llegué al hospital me dijeron que solo había sufrido algunos “rasguños” en mi intestino. Luego me lancé desde un quinto piso, cuando me llevaron al hospital, sólo me diagnosticaron una pierna y un par de costillas fracturadas. Después cargué un arma, apunté a mi cabeza y jalé el gatillo, pero solo escuché el “¡clac!” de un arma encasquillada. Ahí me di cuenta de que obviamente, mi destino no era morir sin antes no vengarme de los causantes de mis fallidos intentos de suicidio. Tengo planeado un golpe, un golpe muy grande.

Capítulo I (Versión III)

Recuerdo de una masacre

Hola me llamo Nong y vivo en el ya completamente destrozado continente de África. Soy único testigo de las abominaciones aquí cometidas. Aún recuerdo la cantidad de personas que asesinaron de manera cruel con el supuesto fin de conseguir una cura para una rara enfermedad. Recuerdo cuando desollaban a los hombres con el fin de sacar su ADN para aplicarlo en su cura. Cuando inyectaban a las personas y esa cura les provocaba un infarto, apoplejías, paros cardíacos, cerebrales y hasta parálisis (cuando esto sucedía simplemente lanzaban sus cuerpos desgraciados y paralíticos a un horno). ¿Qué cómo sobreviví? Fácil. La primera vez que vinieron esos bastardos aquí, no lo hicieron discretamente, lo hicieron ruidosamente. En helicópteros, aviones, con armas encima, etc. Atacaron mi casa, se llevaron a toda mi familia y yo (el más pequeño, tendría unos 6 años cuando eso) salí corriendo evadiendo las balas y los militares que me querían llevar. Durante 20 años, dediqué mi tiempo a buscar sobrevivientes en toda África, si tenía suerte, podía encontrar uno, que me acompañaba un par de mese y moría por el cáncer o la enfermedad que pudo haber causado el cáncer. Creo que soy el único en todo el mundo sin cáncer. O tal vez, simplemente el único en el mundo.

Capítulo I (Versión IV)

La destrucción es el reflejo de un alma destrozada

Hola soy John. Actual presidente de los Estados Unidos de América. Mi historia comienza el día 21 de marzo de 2033, el Día X o día de la Infección, ahí fue cuando me di cuenta del negocio en el que me estaba metiendo. A diferencia de todos los demás, yo, mi gabinete presidencial y los presidentes más importantes del mundo, somos totalmente inmunes al cáncer. La gente cree que la cura no ha sido encontrada, pero ellos no saben que eso es mentira, que la cura fue encontrada pero se usa exclusivamente para personajes importantes como Oerets Snemeis, el presidente de Rusia, una de las potencias mundiales y yo, el presidente de los Estados Unidos. Absolutamente nadie sabe nada de esto y estos escritos saldrán al aire el día de mi muerte. Espero que esto no se descubra antes.

Capítulo II

Algún día la encontraremos

Despierto, en la contestadora aparecen unas 20 llamadas perdidas del mismo número. Pasan 5 minutos y vuelve a llamar, yo atiendo, es Valeria, con un tono triste me informa sobre una horrible noticia. Su novio se había suicidado de un disparo. Le expreso mi sentido pésame y me dispongo a desayunar. No sé porqué, pero creo que hay algo raro en esta lluvia que lleva ya un día sin parar. Se me hace difícil salir a la calle, ya que aún tengo en la mente los recuerdos de cuando era perseguido por la milicia, pero debo ir a visitarla, el momento por el que está pasando es muy duro y necesita alguien de su lado. Cuando llego a su casa, la encuentro sentada en el sofá, con mirada baja y una lágrima corriendo por su rostro. Trato de consolarla pero no es fácil tranquilizarla, le invito un café en algún centro comercial.

-Valeria, tienes que calmarte, la vida no acaba sólo porque te hayan diagnosticado cáncer

- Si, pero es como si tuviera la hora y fecha exacta de mi muerte

-No te preocupes, ¡conseguiremos esa cura algún día!

-¿Pero, cómo puedo estar segura?

-¿Sabes en donde se ocultan las manzanas azules?

-No

-Yo tampoco, pero sé que algún día las encontraremos, al igual que encontraremos esa cura

Cuando ya estamos saliendo del Sambil, aparece un carro negro con los vidrios cromados y de él salen dos personas con trajes negros y me toman obligado dentro de la camioneta ante la mirada atónita de Valeria y los demás transeúntes. Me pregunto a donde me llevaran.

Capítulo II (Versión II)

Daño Colateral

-El golpe, El Gran Golpe, algo que quedaría impreso en los libros de Historia por siempre, pero, si quiero que esto funcione, debe hacerse de manera discreta, por ende, pienso que deberíamos distraer al Gobierno con un ataque, pero algo que no los ataque a ellos, por esa razón, debemos evitar a toda costa el atentado a Estados Unidos por ahora, pero debemos diseñar un atentado que cause conmoción mundial, un tiroteo, un carro bomba, no se ¡lancen ideas!

-Bueno, Señor, yo propongo lo mismo que usted acaba de decir, un carro bomba en una avenida de un país latinoamericano, que son los que les dan recursos a los Estadounidenses. Y el principal de ellos es Venezuela.

-Bueno señores, ¿Dónde ponemos el carro-bomba?

Una de las cosas que admiro de mis hombres, es su disponibilidad y rapidez para hacer las cosas. Apenas yo digo esto, me traen inmediatamente el mapa.

-Bueno, Señor, mi proposición e disponer el carro-bomba en una de las carreteras más importantes de una de las ciudades más importantes de ese país. La cual es la “Cota Mil” en Caracas.

-Perfecto, entonces ¿que esperamos? Llamen a nuestros contactos venezolanos y díganles que agarren a nuestro mejor conductor suicida para hacer este atentado. Comienza la operación “Manzana Azul”.

Capítulo II (Versión III)

No estás solo…

-Nong, ¡Despierta y corre!

Despierto y salgo corriendo como lo hice cuando los “Desgraciados” atacaban el país, me pasa usualmente, salgo como todos los días a buscar mi comida de los pocos animales que encuentro, pero, de repente, veo un paquete extraño en el suelo, creo que aprendí algo del idioma de los “Desgraciados” y creo que el paquete es reciente ya que no está dañado, comido por animales ni mohoso. No creo que esté sólo en el mundo. Abro la caja, y encuentro algo muy extraño. Creo que es una manzana azul.

Capítulo II (Versión IV)

Del principio al fin…

Del Alfa al Omega…

-¡Esos terroristas nos tienen pisando los talones, nos están dañando el negocio! ¿Cómo es posible que aún no hayamos podido agarrar a esos rufianes? ¡Tenemos equipos de última generación, aviones espías, espías entrenados y no podemos agarrar a un grupo de mocosos!

-Bueno, señor Presidente, estos terroristas tampoco son “amateurs” en lo que hacen, se han sabido ocultar durante 20 años dando sus mejores ataques sin que nosotros podamos hacer nada.

-¡Pero cómo es posible que teniendo el mejor equipo de rastreo, no podamos agarrar a estos delincuentes!

-Como dije, ellos saben burlar nuestros sistemas, hablan menos de 20 segundos para que no podamos identificar la llamada, sobornan oficiales de seguridad y desvían cámaras de seguridad para cometer sus asesinatos y tienen una red de suicidas que manejan carros bombas y aviones del gobierno. Señor, yo creo que agarrar a estos terroristas tiene iguales probabilidades que encontrar una manzana azul.

-Entonces tenemos que encontrarlos rápido. Hagan requisas, alcabalas, etc. ¿Dice usted que es tan imposible como encontrar una manzana azul? Entonces este se llamará el Plan Manzana Azul.

-Sí, señor

-Y otra cosa. Quiero que busquen al hombre de la cura, el tal Firo Alset. Dile que lo traigan para acá inmediatamente. Necesitamos hacer experimentos para hacer una “cura milagrosa” ya que, precisamos de acabar con esta sociedad de una vez por todas, la gente se está dando cuenta de la existencia de nuestro negocio. La proliferación de escritores y la Internet está dando mucha información, si acabamos con el mundo y comenzamos uno nuevo a base del proyecto “Génesis”, donde hacemos “nacer” personas como las queramos, si deseamos que nos obedezcan y que sean nuestros esclavos sin protestas, sin Revoluciones, sin Rebeliones, sin nada. Cuando las investigaciones del proyecto “Génesis” culminen, comenzaremos el proyecto “Apocalipsis” y acabaremos con este mundo de librepensadores, revolucionarios y rebeldes.

Capítulo III

Dios aprieta pero no ahorca

-¿Qué hacen? ¿Para qué me quieren? Ya me usaron una vez, ya hicieron todos sus experimentos, ¡Ya déjenme en paz!

-Señor Alset, precisamos de su cuerpo y su especial cualidad de ser inmune al cáncer para una “Cura milagrosa”

-¿Otra? ¿Cómo la que aplicaron aquí hace 30 años?

Me parece muy raro el hecho de que hayan usado mi cuerpo como campo experimental para la cura, pero que esa cura nunca haya sido dada al público y que ahora me necesiten de nuevo.

-¿Qué pasa? Señor Alset, usted pertenece a este país y por lo tanto está acostumbrado a este tráfico. ¿Qué puede estar pasando?

-Bueno, imbéciles, que eligieron el peor momento del día para secuestrarme, agarraron la hora pico caraqueña en la Cota Mil, la carretera más congestionada a esta hora.

-¿Y qué podemos hacer?

-Nada. Esperar a que arranque de a poco.

El carro negro de al lado, me parece conocido, puede ser que me estén siguiendo en un supuesto intento de escape. Pero yo creo que puede ser…

¿Qué sucedió? No puedo recordar nada. Creo que… ¡Ah, mi pierna! Veo a mi alrededor, solo veo personas sangrando o muertas. Creo que debió ser un carro bomba, ¡Ah, me duele! Creo que puedo escuchar la sirena de la ambulancia…

-Algunas horas más tarde-

Ah… ¿Dónde estoy? Ah… creo que debo estar en el hospital. Parece que hay una persona a mi lado.

-Disculpe, ¿Qué ha pasado?

-Explotó un carro-bomba, de hecho, los doctores dicen que usted tuvo mucha suerte al sobrevivir a este atentado terrorista. Según el informe, sólo tiene el fémur roto múltiples veces, pero nada que no se pueda arreglar.

-Perfecto, gracias señorita…

Capítulo III (Versión II)

El beneficio de uno es la maldición del otro

-El atentado fue realizado con éxito, Señor.

-Perfecto, pues. ¿Ha aparecido algún vestigio de noticia en televisión?

-No, Señor, uno de nuestros secuaces lanzó la noticia a “la deriva”, sólo estamos esperando que alguien la tome, la publique y se disperse y ahí podremos realizar el segundo paso de El Gran Golpe.

-Me parece bien. Avisen a nuestro contacto que ya pueden soltar al rehén africano.

-¿Es ese el segundo paso del Gran Golpe?

-Sí, supuestamente, la vida en África se había extinguido hace mucho, pero uno de nuestros trabajadores participó en el desarrollo del Proyecto Cura Milagrosa y rescató a un africano de una muerte dolorosa. Si soltamos a ese africano y lanzamos la noticia de que la vida en África ha resurgido entonces la atención mundial estará completamente dirigida a estos dos eventos.

-Está bien. Avisaré por radio a Comunicaciones

Radio: Comunicaciones, necesito que inmediatamente informen a nuestro contacto en Sudáfrica de que ya puede soltar al rehén africano y además que ya puede lanzar la noticia del resurgimiento de vida en África.

Capítulo III (Versión III)

Nunca te dejaré

-¿Qué fruta puede ser esta? Parece una manzana, pero las manzanas pueden ser rojas, verdes y amarillas, pero nunca azules. Entonces que puede ser esto. Escucho unos gritos. Creo que es mejor que sala a ver… Esa persona que está gritando me parece conocida, pero es imposible, no quedó ni una persona en África después del ataque de “Los Desgraciados”, pero creo que es… ¡Mi madre!

Salí corriendo a buscarla, la metí en mi casa y le di de comer y beber. Luego me contó que durante el ataque de “Los Desgraciados” o como ella había escuchado decir de las personas que la estaban manteniendo, el Proyecto Cura Milagrosa, un investigador del proyecto la salvó de su muerte y la llevó a un lugar apartado, más bien un búnker, donde le explicó que ellos la mantendrían hasta que fuera necesario soltarla. También me contó que, en ese búnker, vio como mataban hombres y violaban a las mujeres y también como una vez la intentaron violar, pero se los impidió el jefe de la persona que los salvó, un hombre llamado Brandon Alset. Salí a buscar comida, y veo que llegan unas personas muy parecidas a “Los Desgraciados”. Me escondí y vi que uno de ellos, vestido con una bata blanca, da unas órdenes a los que están vestidos de “Desgraciados” y luego, ellos salen corriendo en diferentes direcciones. Esto me parece raro. Creo que ellos saben que mi madre está aquí. Pero lo que no saben es que yo también.

Capítulo III (Versión IV)

¿Nada puede salir peor?

-Señor Presidente, he de darle una noticia buena y una mala…

-Comience por la buena, General

-Nos han informado de la existencia de formas humanas vivientes en África. Ya nuestros hombres se encuentran allá rastreando la zona.

-Muy bien. ¿Y la mala?

-Las investigaciones del Proyecto Génesis han dado un paso realmente importante, hemos hecho crecer una manzana azul bajo influencias genéticas.

-Excelente, pero, ¿cuál es la mala noticia?

-La manzana ha caído del avión en el cual la transportaban

-Bueno, General, eso no tiene ninguna importancia. De todas formas el Proyecto ha avanzado considerablemente. ¿Puede usted explicarme, General, eso de que encontraron formas vivientes en África?

-Claro, señor Presidente. Sucede que durante el transcurso de esta semana, salió al aire una noticia de que hay formas vivientes en África, no conocemos la fuente, pero de una noticia de esta magnitud no se puede sospechar hoy en día, al parecer la fuente es confiable y mandamos nuestros hombres a rastrear en busca de personas en África.

-Muy bien. Otra cosa, General. ¿Cómo va la captura del Señor Firo Alset?

-De ese tema le tengo malas noticias, Señor Presidente. Hay muchas probabilidades de que el señor Firo Alset, haya muerto en un atentado suicida durante su traslado.

-¿Qué me está diciendo, General? ¿Sabe usted que, si el señor Firo Alset murió, quiere decir que el Proyecto Apocalipsis no puede ser llevado a cabo y por lo tanto, tampoco lo puede el Proyecto Génesis?

-Sí, señor. Pero el ataque suicida no estaba en nuestros planes.

-¡Nada! ¡Ya no podemos hacer nada! ¡Todos nuestros proyectos se fueron a la mierda!

-Bueno, Señor. Tenemos una salida.

-¿Cuál?

-Que encontremos al superviviente del Proyecto Cura Milagrosa y que usemos su cuerpo para investigaciones.

-Cierto, General. Creo que sería una buena salida. Por ahora, aumenten el personal en África y que por nada del mundo, disminuyan la guardia en cuanto a la búsqueda del señor Alset.

-Como usted diga, Señor.

Aún no puedo creer, que la única esperanza de crear mi mundo perfecto fuera destrozada a pedazos por mis propias manos. Al menos, espero tener otra oportunidad.

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